Los escarabajos estercoleros son los protagonistas de un viraje que puede llevar a la industria a la reducción de sus gases de efecto invernadero y al desarrollo de una ganadería sostenible en el país. Conozca la historia.
Esferas perfectas de excremento de vaca de seis centímetros de diámetro son recubiertas por una capa de tierra de cinco milímetros de espesor y enterradas en lo profundo de los suelos. En su interior habita y se alimenta de caca una pequeña larva que con el tiempo se transforma en un escarabajo, el Homocopris achamas. Tienen patas cortas y un cuerpo grande recubierto por un caparazón negro brillante con dos cuernos y el resto de su figura está envuelto en vellos color marrón. Seguramente, para algunas personas, no son animales reconocidos por su belleza. Su forma de vida, asociada al excremento, en algunos casos causa espanto. Pero, son ellos los protagonistas de lo que puede llamarse la revolución de la ganadería sostenible en el país.
Los escarabajos coprófagos contribuyen con la limpieza de las pasturas para el ganado, con el control biológico de las plagas, la generación y conservación de los suelos y muchos otros servicios. Pero ¿cómo fue que estos pequeños insectos empezaron a tener importancia en los modelos productivos de ganaderos pioneros e innovadores?