Zona de prensa:
Alejandra Rendón Ramírez
Pasión y vocación del gusto por la entomología.



foto alejandra


Las 127 hectáreas de la Ecoreserva La Tribuna se ubican en los relictos del bosque seco tropical huilense y están dedicadas a la conservación e investigación de la biodiversidad. Este laboratorio natural recibe el cobijo de San Francisco, Peñas Blancas y Tamarindo, veredas donde algunos de sus habitantes participan del programa Biomonitores, una iniciativa pionera en Colombia liderada por el Instituto Humboldt, cuyo objetivo es formar a no expertos en el manejo y aplicación de herramientas para la caracterización y monitoreo de comunidades de plantas e insectos con el fin de mejorar la información científica disponible sobre flora y fauna. Hoy traemos la segunda de 8 entregas de la serie periodística con las historias de vida de nuestros Biomonitores.

Por esos azares de la vida desde muy pequeña el amor y admiración por la naturaleza hizo que Alejandra se acercara a conocer sobre los procesos naturales y la fauna de los paisajes en las zonas aledañas a Rionegro. Esa especial admiración hizo que fuera gestando el interés por los insectos, si, esos mismos que curiosamente en los niños “se les infunde con un temor colectivo y generalizado, o a lo que uno llama: bichos”, asegura Alejandra.

Alejandra Rendón, una joven de 27 años, hoy en día licenciada en Ciencias Naturales y Educación Ambiental de la Universidad de Antioquia, ya se ha desempeñado un poco más de 5 años en la docencia, y en la actualidad decidió enfocar su vida profesional en los estudios por la Entomología, ciencia que estudia los insectos. Precisamente el gusto y vocación por estos estudios llegó en el momento que se detuvo a pensar dónde quería un posgrado, el cual profundizara en lo disciplinar dentro de la zoología. Y fue así que eligió por la maestría en entomología, y desde ese momento, fue consciente que no todo sería perfecto, ya que sus bases teóricas no eran muy fuertes y suficientes en esta área, lo cual le llevó a tomar la decisión de retirarse de su trabajo para entregar todo su tiempo a la maestría, y así poder hacer un acercamiento profundo a esa literatura y conocimiento que tanto deseaba.

Aún así, sabiendo que por más que hubiese renunciado a su trabajo para dedicar tiempo al estudio, necesitaba enfocar mejor sus esfuerzos y fue de esta manera, que en la Universidad Nacional tanto en sede Medellín como Bogotá, los docentes le dieran la oportunidad de acceder a cursos guiados por ellos, para poder nivelar, tener mayor dominio conceptual, profundizar y a partir de ahí, comprender mejor conceptos y procesos como las interacciones de los insectos, su morfología, anatomía, funcional, y también su importancia en términos ecológicos.

Como la vocación no termina ahí en lo académico y la literatura, Alejandra es una de esas personas que llevan su pasión a todas partes,para no desligar su vida profesional y personal, inclusive en su cotidianidad busca espacios donde pueda conservar el contacto con la naturaleza, sin desligar el mundo académico, aprovechando en las salidas a caminatas ecológicas hacer captura de diversos insectos, los cuales revisa posteriormente en el estereoscopio. Con sus amistades también comparte pasiones como la biología, la educación, y en especial la lectura. Esta última, precisamente “lo convocan a uno a ser más consciente de otros tipos de textos y documentos enriqueciendo mucho lo intelectual”. Esta joven de 27 años, también se considera una romántica empedernida, y por eso también lee sobre lo romántico.

Evidentemente al ver a Alejandra, se puede ver en su manera de expresarse y la forma como describe su entorno, que es una romántica y apasionada por muchos temas de la ciencia y la naturaleza, y es precisamente esa inquietud que la rodea, la que llevó a conectarla con Fibras, gracias a la relación con la directora de la maestría y directora del Museo de la Universidad sede Medellín Sandra Inés Uribe, quien, con su pasión, amor y admiración por el estudio de las mariposas, logró contagiarla. Alejandra sabía que ese gusto debía llevarla a un lugar especial, y fue ese espacio de encuentro la ecoreserva La Tribuna, un territorio donde ella sintió como ella gana la naturaleza, reconociéndose así misma, “identificando las dinámicas naturales que para algunos suena hostil por las condiciones naturales”. De ahí, que estos espacios, y experiencia profesional, le ha permitido adquirir distintas habilidades que todo investigador debe tener en campo, generando toda una experiencia “maravillosa”.

A través de Fibras y la ecoreserva La Tribuna, también ha aprendido el valor del conocimiento empírico de la comunidad, por ejemplo, relata que los biomonitores, es decir, la comunidad presente en este territorio, le han aportado significativamente a su vida personal y profesional y a su vez, ha visto cómo estas personas han demostrado gran interés por el conocimiento científico, logrando que en el presente sean capaces de describir y relatar con tanta propiedad conceptos y definiciones sobre distintas especies, como si fueran unos expertos en cada una de ellas.

Por ejemplo, uno de los biomonitores y gran aliada por su compromiso y trabajo colaborativo es Maria Yury Cabrera, una mujer que posee una gran sensibilidad y respeto por las diferentes formas de vida en este territorio, de quien el equipo de profesionales ha aprendido bastante y a quién Alejandra le tiene gran admiración por su capacidad de aprendizaje.

Es aquí donde el investigador, la comunidad y la naturaleza confluyen, porque “Fibras al incluir esta figura de biomonitores y al trabajar bajo una metodología de aprender haciendo, ha sido el ejemplo perfecto, para emprender proyectos que incluyan la comunidad”. Siguiendo sus palabras: “a fin y al cabo serán ellos los futuros gestores y quienes a futuro manejen su territorio”.

Finalmente, Alejandra Rendón, la futura Magister en Entomología, agradece al convenio fibras por la oportunidad y experiencia profesional, ya que para ella este programa más allá de una puesta académica, va a ser bastante enriquecedora, por la apropiación y empoderamiento que se está gestando con estas comunidades quienes serán los gestores futuros de su comunidad y “quienes repliquen los conocimientos adquiridos en estos momentos donde es necesario una conciencia ambiental. Programas de este corte son necesarios para el cual puedan hacer parte muchos otros estudiantes colombianos”. Afirma Rendón.