Zona de prensa:
Alejandro Cuéllar: la respuesta estuvo en el agua dulce





El Programa Apoyos a la Investigación, derivado del convenio de cooperación Fibras firmado entre el Instituto Humboldt y Ecopetrol, marca un precedente en el país al inaugurar una estrategia pionera de alfabetización en registro y monitoreo de la biodiversidad para públicos no expertos, y así mismo disponer de Ecoreservas como “laboratorios vivos”, donde estudiantes universitarios de pregrado y posgrado pueden culminar sus proyectos de investigación, mientras aportan al conocimiento de diversos grupos biológicos de flora y fauna nacionales.

Desde la distancia física y geográfica, por causa de la contingencia derivada por el SARS-CoV-2 que ha transformado la vida habitual en televida o una versión en pantalla de lo que fueran diversos espacios de socialización públicos o privados, abrimos la conversación para entrevistar a los participantes de este selecto grupo de estudiantes investigadores que provienen de distintas ciudades, universidades y programas académicos del país.

José Alejandro Cuéllar nació en Paicol, tercer municipio turístico al noroccidente de Huila. Desde niño, recuerda, siempre estuvo rodeado de naturaleza y de agua: ríos, quebradas, charcos y cascadas que visitaba en ratos de ocio. “Todo este tema del recurso hídrico siempre hizo parte de mi experiencia de vida y me llevó a especializarme, primero, en Biología en la Universidad Militar y, después, en temas de ecosistemas hídricos, específicamente agua dulce, en la Universidad de La Salle en Bogotá”, menciona.

Al recordar Paicol, José Alejandro destaca que allí “se respeta y rescata la sabiduría ancestral, que traída a la actualidad se aplica en la Etnobotánica, en el agua. Los recursos hídricos son importantísimos para el desarrollo social y económico de un país. Desde el punto de vista ecológico, son evidencia de las actividades humanas sobre los cuerpos de agua, dice.

Entre el desarrollo de su investigación en la Ecoreserva La Tribuna, en relictos del bosque seco tropical huilense, José Alejandro reserva espacio en su agenda para conectarse con los multiversos de los superhéroes de Marvel Cómics, el Ánime y el Manga; también para otros pasatiempos como “visitar museos o viajar”, puntualiza.

Con el paso de los meses, José Alejandro ya puede hacer una reflexión acerca de su experiencia personal en el Programa Apoyos a la Investigación. ¿Qué nos puede contar? Alejandro Cuéllar: “El convenio Fibras me parece muy interesante por el apoyo que brinda a estudiantes de pregrado y Maestría. Es muy raro este tipo de incentivos en estudiantes como nosotros que apenas estamos en la etapa final de nuestro proceso formativo en educación superior. Propiamente, en el Programa apoyo la línea de macroinvertebrados, que son como “los bichos del agua”, los cuales representan un punto importante en el ecosistema, porque ellos convierten las hojas en energía para animales más grandes, por ejemplo peces. Mejor dicho, sin macroinvertebrados no hay peces, sin peces no hay aves, sin aves no hay dispersión de semillas y, por lo tanto, no habría árboles. Todo está conectado”.

Hablemos de los biomonitores, ¿ya ha tenido algún tipo de contacto con ellos? ¿Cómo ha sido esa experiencia?Es decir que ¿Zaida quiere desempeñarse en la docencia de Educación Primaria o Secundaria? AC: “Sí, la experiencia con los biomonitores ha sido muy enriquecedora, porque hemos aprendido mutuamente, pues ellos tienen un saber previo y no académico, por ejemplo, en peces o en plantas. Yo noto que tienen ganas y necesidad de desarrollarse como seres integrales, recibir otros conocimientos y apropiarse de ellos. Y, justamente, el hecho de relacionarse con personas tan diversas hace de Fibras una experiencia inolvidable, porque creas redes colaborativas”.

A mediano plazo, este estudiante de posgrado se plantea una meta personal: poder publicar, conjuntamente, los resultados de su proyecto de grado y los del Programa Apoyos a Ia Investigación. “Quiero que el país se entere de que los jóvenes tenemos toda la intención de desarrollar ciencia en Colombia, y una manera de hacerlo es publicando resultados de iniciativas de investigación como esta. Es motivadora e inspiradora esta experiencia, pues te estimula a continuar en el ámbito académico”. Para terminar la conversación, Alejandro agradece el poder participar de esta iniciativa a la que, asegura, aplicó “sin grandes expectativas, porque la realidad del país en términos de oportunidades es poca, pero resulté seleccionado y ¡estoy feliz!”