Don Camilo Dussán llegó desde su ciudad natal, Florencia (Caquetá), hasta Neiva cuando su papá compró un predio. Desde ese instante, nunca más abandonaría la vereda Peñas Blancas donde ha habitado junto a su esposa, sus hijos y un nieto. “Yo aquí me dedico a oficios varios, a lo que salga; la ganadería, la agricultura, voleando guadaña, pica, pala; hasta en la ecoreserva he sido baqueano; estoy enseñado a hacer de cada cosa un poquito”, comenta bajo un gigantesco árbol que ofrece generosa sombra para un día soleado en extremo.
Este labriego estudió hasta el quinto grado de primaria por falta de recursos económicos, lo cual lo llevó a dedicarse a trabajar a temprana edad. “Con los años entendí que lo importante era estudiar, aprender; por eso, luego validé el bachillerato para poder trabajar como vigilante aquí en la vereda” que comenta orgulloso se conoce al dedillo.
Mientras hacemos un breve recorrido por la zona, Camilo cuenta que en la vereda se cultiva limón y plátano, papaya y patilla, aunque considera que el clima caliente de la región reduce un poco las posibilidades de ampliar cultivos. “Pero todavía nos quedan los árboles de mango, de mamoncillo y de guanábana; uno ve por ahí huertas de piña, siembra de mazorca, en las casas”, afirma.
Sobre su participación en el Programa Apoyos a la Investigación, como biomonitor, destaca el compañerismo del grupo y las alternativas para aprender. “Aquí aprendo sobre las diferencias que hay en los animales, sus tamaños y sus nombres. Es que, básicamente, me nace aprender y espero, con el favor de Dios y nuestra madre María santísima, que tanto yo como mis compañeros podamos aprender más, y no seamos los mismos; que podamos mejorar la calidad de vida al tener más conocimiento”, sentencia Dussán.
Para Don Camilo, la experiencia y la posibilidad de trabajar mientras aprende es una suerte. “Esto que estamos viviendo es algo muy bueno, muy importante, porque ustedes llegaron hasta acá al campo, a nuestra vereda dándonos oportunidades y enseñándonos que todas las vidas son necesarias, las especies de animales y flores; sin ellas no seríamos nada, no podríamos vivir”, dice.
En un punto del camino, Don Camilo se detiene frente a una planta para examinarla. “Yo ahora en el programa estoy trabajando con el grupo de los insectos. Y mire esto, aquí hay una plaga brava, que le llaman el picón; es un mosquito que llega hasta dentro de la planta, a la espiga y la seca'', expresa con la tranquilidad de experto.
Para terminar el recorrido que nos ha llevado por los recovecos de la Ecoreserva La Tribuna, Dussán aprovecha para manifestar su agradecimiento al convenio Fibras “por esta oportunidad para mí y mis compañeros. Todos estamos con el ánimo arriba; Dios quiera y la virgen que seamos un grupo bueno, que aprendamos mucho y sigamos adelante”, puntualiza.