Julián, próximo a graduarse como biólogo, le gusta ir a acampar, cocinar, es fan de las series de televisión, es admirador y practicante de las caminatas ecológicas, le apasiona viajar, conocer nuevas culturas, personas,lugares, aquello que también lo sumerge en el mundo que escogió: la biología.

Nació en Florencia, Caquetá en el año 2000, pero sus raíces son muy quindianas, ya que sus padres son del eje cafetero, ambos biólogos, su madre profesional de la Universidad del Quindío y su padre empírico, fueron los responsables de haber transmitido este legado; el mismo que despertó ese amor por la naturaleza. Fue seducido por el esplendor de la fauna, flora y los paisajes de regiones como la amazonía y a la vez impregnado por aromas del eje cafetero.

Esos lugares despertaron el alma de investigador que afloraba muy en su interior. Cuando llegó la hora de decidir sobre su futuro profesional, Cardona no titubeó en elegir la biología.‘...decidí que lo que quería hacer y a lo que quería dedicarme era a la biología, una de las mejores decisiones que he tomado en la vida…’, afirma Julián. Su primeros pasos académicos fueron en la Universidad del Quindío donde estudió cuatro semestres de la carrera y posteriormente se transfirió a la Universidad de la Amazonía. Allí terminó los créditos académicos que le faltaban, para posteriormente dedicarle tiempo a trabajar en su propuesta de trabajo de grado.

Fueron los insectos el grupo biológico de invertebrados los que atrajeron la atención de Cardona, tal vez por su clasificación taxonómica, su diversidad de especies, su función en los ecosistemas o tantas otras características que se escapan a ese descubrimiento del conocimiento.A través de la convocatoria del proyecto Fibras, Julián encontró la oportunidad de comenzar sus pasos en la investigación por medio de un ejercicio de biomonitoreo científico en la Ecoreserva la Tribuna, en Neiva, Huila. Junto a otros jóvenes como él, aportan a la caracterización de la fauna y flora colombiana en un área destinada al estudio y conservación de la biodiversidad.

La experiencia en Fibras

‘Hacer ciencia’ con las comunidades y trabajar de la mano con el grupo de investigación de díptera, de moscas y zancudos, fue algo que definitivamente le impactó bastante a Cardona.’...ha sido una de las mejores experiencias de inmersión en este mundo de la entomología…’, afirma. La mayor sorpresa fue encontrar que el proceso de conocimiento por parte de las comunidades, estaba muy avanzado. Agrega que: “con facilidad describen, hacen biomonitoreo y caracterizan especies”. El diálogo de saberes y el empirismo, trascendió sus fibras personales en la academia cuando conoció a personas como don Alaín, a quien considera que es una persona ‘asombrosa’, muy capaz de establecer relaciones entre especímenes y la vegetación presente.

Finalmente, los lazos que estableció con sus compañeros de trabajo, le han dejado grandes amistades con quienes ha podido compartir intereses similares, tanto en lo personal como en lo profesional.