Zona de prensa:
Viviana Pacheco, una llanera con el corazón en la región Andina


foto viviana


Las 127 hectáreas de la Ecoreserva La Tribuna se ubican en los relictos del bosque seco tropical huilense y están dedicadas a la conservación e investigación de la biodiversidad. Este laboratorio natural recibe el cobijo de San Francisco, Peñas Blancas y Tamarindo, veredas donde algunos de sus habitantes participan del programa Biomonitores, una iniciativa pionera en Colombia liderada por el Instituto Humboldt, cuyo objetivo es formar a no expertos en el manejo y aplicación de herramientas para la caracterización y monitoreo de comunidades de plantas e insectos con el fin de mejorar la información científica disponible sobre flora y fauna. Hoy traemos otro relato para la serie periodística con las historias de vida de nuestros Biomonitores.

Viviana Andrea Pacheco Higuera nació en Yopal, Casanare, lugar donde vivió hasta terminar la secundaria. Después, viajó a Tunja (Boyacá) en donde estudió biología en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).

La búsqueda de ese sueño profesional llevó a esta joven casanareña a salir de su ciudad natal, una decisión para ella difícil. En ese momento, con tan solo 18 años, siendo un poco “chiquis” como ella misma dice, se aventuró a vivir sola en una ciudad totalmente desconocida para ella. Independizarse, trasladarse y abandonar las comodidades del hogar, fue todo un nuevo aprendizaje y un desafío tanto a nivel personal como académico y profesional.

A pesar de estar lejos de su familia y seres queridos, Viviana en Tunja siempre estuvo rodeada de dos compañeras con quien vive y de varios amigos que hizo con el pasar el tiempo. Le gusta todo tipo de música, desde el rock hasta la música clásica. Toca guitarra, el cuatro y siempre mantiene comunicación constante con sus padres para sentirlos un poco más cerca. “Siempre es bueno sentir el apoyo de ellos”, afirma. ¿Pero cómo llegó su interés por la biodiversidad y los ecosistemas?

Viviana pudo ser música, pero el bichito de la biología la picó en 2012. En esa época algunas regiones del país afrontaban sequías extremas y en los noticieros y periódicos diariamente se reflejaban los desafíos climáticos que enfrentaban lugares como el llano colombiano. Esta situación la inquietó bastante, tanto que comenzó asistir a mesas de trabajo organizadas por el gobierno y la comunidad. Fue en esos espacios donde conoció la labor de los biólogos y de diversos profesionales de las ciencias naturales. Fue allí donde se enamoró de la biología y decidió estudiar en la UPTC.

Después de esa decisión, en un abrir y cerrar de ojos, llegaron muchos cambios en su vida, tal vez, el primero fue el clima. Pasar del calor al frío para ella no fue nada fácil, según Viviana “en Tunja hace un frío tremendo. Yo vengo del llano y pues me encanta el llano, y lo amo, porque es el lugar de donde soy. Siempre le he tenido como esa cosa del clima frío, pero después de adaptarme ahora puedo decir que el frío es lo mio, me gusta”.

Ya finalizando sus estudios de pregrado, Viviana encontró en una publicación de Instagram una convocatoria para el proyecto Fibras, lo que le abrió las puertas a un nuevo desafío. “Un día revisando el Instagram apareció esta convocatoria. Estaba un poquito sobre el tiempo porque solo quedaban como unos 15 días, pero yo dije, no, yo puedo presentarme. Y pues así estuve 15 días dándole a una propuesta”.

Había varias líneas en las cuales podía postularse a trabajar, pero la que llamó su atención fue la de la red activa de las hormigas y las características que estas presentan. Ahí comenzó un trabajo que contribuyó tanto al proyecto como a su trabajo de grado y que tiene un componente especial: las comunidades. En esta experiencia Viviana trabaja de la mano de los habitantes, de los biomonitores, personas capacitadas en el manejo y aplicación de herramientas para la caracterización y monitoreo de las plantas e insectos que con su trabajo fortalecen la información científica disponible. Para Viviana, esta experiencia es: “muy satisfactoria, en la Ecoreserva la Tribuna me he sentido muy cómoda con el aporte de los biomonitores, las opiniones y sugerencias de ellos, quienes conocen el territorio son muy oportunas. Realmente es genial trabajar con ellos. Personas como Nancy, Viviana y Don Alaín han aportado mucho a mi conocimiento”, manifiesta.

Viviana Pacheco, una llanera que no le teme a los desafíos ve en el diálogo de saberes y en el trabajo con las comunidades una oportunidad de aprender y de generar acuerdos para la recuperación y conservación de las áreas de influencia del proyecto Fibras.